web analytics

¿Te cuesta perdonar?

Comparte la noticia

Hace algunos meses una hermana de la iglesia me hizo un comentario muy hiriente, si bien sé que lo dijo sin intención de hacerme daño, lo hizo. Pensé que, como había sido sin intención (un simple comentario que no pensó antes de decirlo) no hacía falta confrontarla sino simplemente perdonarla y dejar pasar por alto la ofensa. O al menos eso era lo que yo creía que pasaría al principio.

Ese “pequeño” comentario empezó a dar vueltas y vueltas en mi mente. Se iba. Volvía. Me despertaba pensando en eso, volvía cuando cocinaba, todo me recordaba a ese comentario. ¿Qué me estaba pasando? Yo decidí perdonar, decidí dejar pasar la ofensa, pero aún así ese sentimiento estaba ahí. ¿Alguna vez te ha pasado?

Hemos tomado la decisión de perdonar, porque el perdón es una decisión, no un sentimiento. Pero ¿qué ocurre cuando todo eso sigue ahí? Realmente tenemos la convicción de que hemos perdonado, pero no se siente así, sino que todo el enojo sigue ahí. La verdad que el perdón no es una cosa simple para los seres humanos, no tenemos la capacidad que tiene Dios para olvidar.

Personalmente he aprendido dos tipos de perdón que quisiera compartir contigo este día, los dos enseñados por Jesús en dos versículos que se podrían interpretar que hablan de lo mismo, pero según mi opinión (y lo que Dios me ha revelado a nivel personal) nos hablan de estos dos tipos de perdón

Lucas 17:4 NTV

»…Si un creyente peca, repréndelo; luego, si hay arrepentimiento, perdónalo. Aun si la persona te agravia siete veces al día y cada vez regresa y te pide perdón, debes perdonarla».

Aquí estamos hablando del perdón que todos conocemos. Si alguien te hace algo se lo perdonas y si te hace siete cosas diferentes ese día, esas siete cosas se las perdonas.

Esta es la idea básica del perdón que todos tenemos. Pero en mi caso pensaba, “¿es que no perdoné? Pero si yo realmente tomé la decisión de perdonar, ¿por qué se siente como si no hubiera perdonado?

Algunas personas creen que el perdón puede ser un proceso largo, pero te diré lo que pienso yo sobre esto.

Mateo 18:21-22 NTV

Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Creo que la Biblia es bien clara cuando habla de diferentes puntos de vista en los evangelios refiriéndose al mismo evento. Sí, encontramos algunas diferencias, pero en este caso lo de “setenta veces siete” solo en Mateo.

Recordando toda aquella situación de la que te hablé anteriormente le pregunté a Dios por qué si yo liberaba perdón sobre esa persona, al ratito tenía que volver a perdonarla, era como si nunca la hubiera perdonado. ¿Entonces qué? ¿Estaba pecando al no perdonarla?

Fue en ese momento en que Dios trajo a mi mente Mateo 18:21-22. “Setenta veces siete” me susurró el Señor.

Entendí que hay pecados que se cometen contra nosotros que requieren más de un perdón. Quizás requieran setenta veces uno o medio setenta veces. No es que no perdones, es que necesitas perdonar muchas veces la misma cosa.

No creo que el perdón lleve o sea un proceso. Dios dice que hay que perdonar y no hay matices en este sentido porque las consecuencias de esa decisión serán eternas. Sí, hay un proceso de dolor, uno de negación, uno de aceptación, uno de superación, pero el perdón debe estar desde el día uno absolutamente todos los días.

Al final de cuentas puede que te pase como a mí, ni siquiera recuerdo el comentario que me hizo la hermana de la iglesia.


Comparte la noticia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *