¿Alguna vez te has puesto a pensar lo importante que es para Dios el tema de la memoria? El mes de diciembre no solo es un mes para celebrar, sino también para recordar.
Características peculiares que Dios le dio al hombre
Creo que el hecho de olvidar involuntariamente es una de ellas. Cuando queremos olvidar por decisión propia no lo logramos, pero cuando no nos lo proponemos, hay cosas que olvidamos. Una cita, un compromiso, las llaves, el móvil, la lista sería interminable.
Controlar la memoria es algo que Dios puede hacer, sin embargo, no nos dotó de ese super poder y en parte lo entiendo ya que ¿de qué serviría que te dieran semejante premio si ni siquiera recuerdas como te lo ganaste? Porque estoy segura de que, una buena parte de nuestras vidas, los momentos cruciales, los más dolorosos, los que nos llevan a la meta, son los que decidiríamos olvidar.
Mateo 5:10 dice “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.” Si no recordaras la persecución no entenderías qué haces en el reino de los cielo.
Recordando fechas importantes
Dicho esto, hablemos de fechas importantes, cumpleaños, aniversarios, fechas patrias, días nacionales e internacionales, etc. Se establecieron para no olvidar, se establecieron sabiendo que podemos vivir sin recordar cosas que fueron importantes y que marcaron la historia, cosas por las que debemos seguir luchando y ayudando a que mejoren.
Salvo cumpleaños y aniversarios que conllevan una carga más personal, es decir, es de interés específicamente personal, todo lo demás sería muy fácil de olvidar y por ello se marcan en el calendario como fecha de interés.
Creo que hay un gran poder en las memorias. Olvidar es un acto de amor y recordar también lo es, dependiendo de cada caso. Puede generar raíces de amargura o puede generar una verdadera gratitud. Puede que sea un arma y por eso es importante saber usarla. ¿Sabías que se puede entrenar? Si no eres deportista (broma) este es el mes de las agendas, puedes conseguir una y experimentar el poder de demostrar que recuerdas todos y cada uno de los momentos dignos de rememorar, por eso también es un acto de amor.
Salmos 103:2
“Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.”
Sabiendo Dios que nuestra alma suele olvidar y para demostrarte el poder detrás de recordar, piensa en la Santa Cena. “Haced esto en memoria de mi” dijo Jesús porque Él sabía que nos íbamos a olvidar. Entonces ¿Qué hizo? Nos dejó una tradición y es gracias a eso que hoy seguimos siendo iglesia.
La memoria es importante, pero sin una tradición (llevar el recuerdo a la acción) pierde su poder. Imagina recordar el cumpleaños de tu madre o padre, pero no desearle feliz cumpleaños. De nada sirve que recuerdes que es su cumpleaños.
Tradiciones pequeñas como una oración por las mañanas o las noches con los niños, una canción de gracias a la hora de la comida, una declaración cada domingo en la iglesia son armas poderosas.
La tradición de la Santa Cena, como forma de recordar el sacrificio que Jesús hizo por nosotros, nos enseña hasta donde podemos llegar con nuestras memorias y aplicando tradiciones.
Comienza a recordar lo que es de bendición para tu vida, no olvides ninguno de sus beneficios y sé creativo.