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¿Errores humanos u horrores por negligencia?

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En la búsqueda del equilibrio perfecto entre hacer las cosas con excelencia y hacer lo mínimo tirando de nuestros talentos me he encontrado con este factor común que es el error.

Independientemente de lo que intentes hacer para Dios, si eres profesional o no, si le dedicas mucho o poco tiempo, siempre vas a cometer errores. Es parte de nuestro crecimiento y nuestra mayor fuente de aprendizaje.

Errar es humano pero…

Existen los errores y los “horrores” como decimos muchas veces de broma cuando el error es muy grande. El tamaño o las consecuencias producidas por ese error no es lo único que lo caracteriza. De hecho, su característica más grande es la negligencia.

Los horrores nacen de la negligencia, de no invertir el tiempo que corresponde en lo que vayamos a hacer o de no darle la suficiente importancia. La biblia nos dice en Proverbios 10:4 “La mano negligente empobrece; Más la mano de los diligentes enriquece”. No necesariamente hablamos de riqueza económica, puede ser en otras áreas.

Imagino que esto fue lo que pasó con Caín y Abel. La ofrenda de Caín fue negligente, pero la de Abel fue diligente. Nos encontramos con que uno trajo una ofrenda a Jehová (y no dice que haya sido una ofrenda mala, que los cultivos estuvieran feos o que no haya trabajado duro para llevarla) sin embargo, tenemos a otro que marcó la diferencia dando lo mejor que tenía.

Piensa en tu servicio para Dios. Si te equivocas en algo, ¿puedes diferenciar si es un error o es un horror? Puede que no porque “¿quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de todos los que me son ocultos.” Salmos 19:12.

Creo que es importante parar un momento y analizar la clase de ofrenda que estamos dando, si es realmente diligente, si es lo mejor y si cada vez que cometemos un error es algo que podríamos haber evitado. Los errores son importantes para aprender, pero si no nos tomamos un momento para analizar el porqué nos equivocamos e intentamos no volver a errar estaríamos siendo negligentes cometiendo horrores en lugar de errores.

Mucho cuidado debemos tener a la hora de categorizar los errores

He visto a muchas personas justificarse diciendo que se equivocaron cuando en realidad podrían haber evitado ese error siendo diligentes. El errar es bueno para aprender lo que no debemos hacer, pero no es la excusa perfecta para hacer las cosas mal o mediocremente.

Cuando Dios vio que el semblante de Caín decayó le dijo “si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieras bien, el pecado está a la puerta”. Así que no es algo que tomarse a la ligera, podemos caer en pecado cuando somos negligentes.

Este es un principio básico para prosperar en todas las áreas de tu vida, así que si eres humano y cometes errores como yo, tienes la oportunidad perfecta para corregirlos, ser diligente y dar una ofrenda que agrade a Dios.

Si no sabes si tus errores son humanos o por negligencia pregunta alguien que pueda ser honesto contigo, pregúntale si puedes hacerlo mejor y que la gloria siempre sea para Dios.


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