(Cantares 8:6)
Es hermoso ver cuando nace una relación de dos personas que se atraen mutuamente, y deciden emprender la travesía juntos.
Como todo comienzo, no hay defectos, todo es perfecto de la otra parte, se sonríe por todo, y hasta el chiste más insípido parece genial, así es el ¡enamoramiento!, que puede llegar a convertirse en un sentimiento más sólido.
Si bien es cierto que el amor es la base fundamental en la unión de dos personas, a medida que la relación avanza, es necesario incluir otros elementos importantes para que esta pueda sostenerse en el tiempo, y ante las crisis que puedan llegar, resistir.
¡No basta con tener un jardín, hay que cultivarlo para que se conserve bello!
SIETE ELEMENTOS NECESARIOS PARA UNA RELACIÓN SALUDABLE.
1. Un trato respetuoso. En la unión de una pareja, hay dos mundos que se encuentran, entorno familiar distinto, patrones de conducta, valores, y límites que no pueden ser vulnerados; por lo que, a través del respeto hacia las diferencias del otro, se logra conservar la autenticidad y la esencia de cada uno en la relación, y como resultado de ello, la relación crece y se desarrolla, ya que la suma de ambos, les potencia y les hace fuerte. Cuando a tu pareja, le tratas con respeto, se libera en su cerebro una sustancia química llamada serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad, que tiene una influencia directa en los pensamientos y conducta, generando un sentido de bienestar pleno. Algo que no sucede cuando está presente la crítica constante, la falta de aceptación hacia la forma de ser de tu pareja y el vulnerar sus límites. Por ejemplo, cuando a ella o el, le afecta hablar de un determinado tema, y aun así intentas que hable.
2. Demostraciones de afecto. Muchas veces la rutina, los niños, el trabajo, o el estrés del día a día, cobran fuerza en la relación, que a veces se nos olvida la importancia de un gesto de cariño, un detalle, una llamada en el día para expresarle lo importante que es para ti (ella o el), o un mensaje de texto!. Las palabras, una mirada o un gesto lleno de amor, puede marcar la diferencia, aun en las relaciones ya agonizantes. ¡Cultiva el Jardín del Amor!
3. Un dialogo sano. Para que esto suceda, debe haber dos personas dispuestas a escucharse mutuamente, pues es la única forma de lograr entender lo que tu pareja tiene que decirte. No se trata de oír para responder, si no, de escuchar con los cinco sentidos, estar plenamente presente en la conversación sin interrumpir mientras el otro habla, estar abiertos a llegar acuerdos, respetar el punto de vista de la otra parte, etc. De lo contrario, los gritos, las desavenencias, y la falta de escucha, pueden ahogar tu relación, en el mar de la incomprensión.
4. Saber perdonar. A veces se cometen errores no intencionados, pero que pueden llegar a lastimar a la otra parte o resentir la relación. Una palabra fuera de lugar, una decisión no consensuada, una promesa no cumplida, etc. Llegados a este momento, es necesario que exista la suficiente humildad de quien fallo para pedir perdón, y decisión de la otra parte, para poner en practica la dinámica del cometa, soltar y dejar ir. De esta forma, la relación se sanea de resentimientos y culpas que no contribuyen en nada a su crecimiento.
5. Fortalecer la confianza. La confianza en uno mismo y en la pareja, es fundamental para la buena salud de la relación. Donde no hay confianza, pueden anidarse los celos, reproches infundados, el coartar la libertad de ser uno mismo, el control e incluso la prohibición de que la pareja se relacione con amistades o con la propia familia. Cultivar la confianza es responsabilidad de ambos, al igual que hacerse merecedora de ella. No podemos pedir que la pareja confíe en nosotros, cuando no estamos haciendo méritos al respecto. Pero tampoco, se trata de desconfiar de cada gesto o conducta de la otra parte. La comunicación aquí es clave para fomentar ese pilar tan importante.
6. Desarrolla el hábito de preguntar. No des por sentado que lo que tú interpretas de una mirada, un gesto de tu pareja, o X situación, es como tú crees que es. ¡PREGUNTA!. Bájale el volumen a tus juicios, y regálate la oportunidad de escuchar lo que tu pareja tiene que decir al respecto. (¿Te sucede algo?, ¿Qué significa esto para ti?…) ¡Qué gran diferencia notarás!. No juzgar.
7. Pasar tiempo juntos. Este elemento, es de suma importancia para que la relación se mantenga viva y sólida. El compartir tiempo solo los dos, les mantendrá más unidos, se desarrolla la intimidad, la complicidad, el amor se reafirma y crece la seguridad de contar el uno con el otro, pese a las adversidades que puedan enfrentar. ¡Unen fuerzas!; y aún más importante, saben adónde ir juntos cuando la tormenta azota la relación, porque ponen como base y fundamento a Dios en el matrimonio.
¡Ponme como un sello en tu corazón, como una marca en tu brazo…! Cantares 8:6
Autora: Karla Mayorga. Psicóloga Familiar y Consejera. Especialista en relaciones de Pareja.