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¿Egocentrica yo? Parte I

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El temperamento o personalidad egocéntrica, se conoce por patrones de conducta como la arrogancia o presunción; ya que la persona se comporta de forma jactanciosa y prepotente.

Considero que a la mayoría de las personas nos gusta vernos bien, cuidar nuestra imagen, la indumentaria o vestimenta, e incluso, hay quienes les gusta ¡vestir solo de marcas!; y que bien por ellos, si pueden permitírselo. De ningún modo, podemos confundir esto, con una persona egocéntrica; ya que este tipo de personalidad, tiene que ver más con un tema de actitud y un comportamiento, dominador, aires de superioridad o grandiosidad, y una distorsión de la realidad.

Veamos algunos rasgos de este tipo de personalidad.

SIETE RASGOS DE UNA PERSONA EGOCENTRICA

1.  Autoestima desproporcionada.

Una autoestima saludable, tiene que ver con la aceptación personal, independientemente de nuestros defectos; nos amamos con nuestras luces y sombras, nos perdonamos por errores que cometemos, y somos compasivos con nosotros mismos y con los demás. Aceptando al otro, de la misma manera. Sin embargo, la persona egocéntrica, se ve a sí misma, como alguien arribado de un planeta privilegiado, pues todos deberían de admirarla, desear ser como ella, porque tiene “dones especiales”, o talentos mágicos. Cuando en realidad, a nivel interno, poseen mucha inseguridad y falta de confianza en sí mismas. Sienten la necesidad de restarle valor al otro, para sentirse en una posición superior y gozar del reconocimiento que no tuvieron.

2. Expectativas desmedidas.

 Sueñan con la compra de la mejor casa, el mejor coche, la mejor universidad; pues su fin es poder, lujos y presumir de pareja. Muchos de ellos se pasan su tiempo imaginando cómo será su vida cuando sean millonarios o se saquen la lotería. Generalmente, viven de apariencias y falsos lujos, o se endeudan para darse lujos y llevar la vida que ellos creen que merecen. Por eso no se relacionan con cualquier persona, ya que según ellos, sus relaciones deberían ser de la alta sociedad.

3.  Carece de empatía.

Normalmente una persona que solo se ve a sí misma, es incapaz de reconocer al otro, o sensibilizarse con alguien más. La mayor parte del tiempo, se la pasan sintiendo la necesidad de que alguien le elogie o le admire; si ayudan a alguien alguna vez, lo hacen con la intensión de quedar por encima del otro, o que le alaben sus dotes de humanidad. El trato con ellos es muy difícil.

4. Baja tolerancia a la frustración.

Si alguien les critica o les señala, se ofenden, y pueden llegar a reaccionar de forma excesiva, ya que consideran, que los demás, no son lo suficientemente valiosos para calificarle (¿Quién eres tú para decirme eso?).

5. Desvalorizan o boicotean el éxito de otros.

No son capaces de aceptar que los demás tengan éxito, logren sus objetivos, o cumplan sueños. Si ve que alguien va logrando cosas, pueden llegar a minimizar el esfuerzo y el logro del otro, e incluso, levantar falsos para desprestigiarle y que los demás no le vean como alguien de valor. Sienten envidia de quienes logran lo que se proponen, ya que ellos viven en un mundo de fantasía donde nada ocurre. Todo lo que tienen es imaginación de un mundo especial para ellos.

6. Son personas solitarias, inmersas en un mundo de fantasía.

Como menosprecian a los demás, están solos, se inventan relaciones con personas influyentes o de la alta sociedad. Lloran su soledad y vacío interno.

7.  Relaciones truncadas.

En el ámbito de las relaciones, suelen tener poco éxito; ya que al principio pueden mostrarse como personas encantadoras, cuidadas y de visión; pero a medida que camina la relación, va sacando de a poco su cajita de pandora, y es cuando la pareja, amigos, le abandona o mantienen una relación toxica.

Seguramente, ya en tu mente hay alguien que presenta ciertos rasgos similares, y te estarás preguntando. ¿Se puede ayudar o convivir con alguien así? ¿Qué se puede hacer? ¿Y si es la pareja la que es así, como sobrellevarlo? Todas estas respuestas, en el próximo artículo; parte II. (Efesios 4:32)

 Lic. Karla Mayorga      

Consejera cristiana  

Psicóloga Familiar y de pareja                  

Coach de Liderazgo y desarrollo Personal


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