web analytics

Control Mental

Comparte la noticia

¿Podemos realmente controlar lo que pensamos?

Una definición del pensamiento que me gusta: “El pensamiento es la operación intelectual de carácter individual que se produce a partir de procesos de la razón. Los pensamientos son productos que elabora la mente, voluntariamente a partir de una orden racional, o involuntariamente a través de un estímulo externo.”

En Filipenses 4:8 Pablo nos insta a elaborar esos productos de la mente de forma voluntaria.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

También lo hace en 2 Corintios 10:5: “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo

Sin duda que esta parte del pensamiento es algo que los cristianos deberíamos tener bajo control, el pensamiento voluntario. Pero ¿qué hay de aquel pensamiento que surge a causa de un estímulo externo? Jesús nos da un excelente ejemplo en Mateo 5:27-28 cuando nos habla sobre el adulterio:

“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.

Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”

En este caso el Maestro hace referencia a un hombre que ve a una mujer (estímulo externo) pero este hombre no se queda ahí, sino que la codicia (pensamiento a raíz del estímulo) y esto lo lleva a pecar. ¿Pensamiento involuntario? En un principio puede serlo, pero luego Jesús dice el versículo 29 “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.” Es decir que, si sabes que ciertos estímulos te llevan a pecar, mejor ni acercarse.

¿Puedo pecar solo con el pensamiento?

Como hemos visto sí, si incurres en él. Recuerda que Pablo dijo que debemos pensar (voluntariamente mediante una orden racional) en todo lo bueno, y recuerda lo que dijo Jesús sobre pecar a causa de un pensamiento. Aunque no pienses en cosas malas como codicia o cualquier otro pecado, si sabes hacer el bien y no lo haces también estás pecando (Santiago 4:17) y en este caso con el agravante de que es a ti mismo que te haces el bien. Te pierdes de una bendición enorme.

Por último, no todo es negro y lo sabes, también hay blanco en lo que sea que estás viviendo. Piensa en eso, aunque cueste, llevando todo pensamiento a la obediencia de Cristo porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios. Textual.


Comparte la noticia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *