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Aporta o aparta

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Si alguna conclusión positiva se puede extraer de esta crisis mundial del Coronavirus es que está sirviendo para repensar el mundo que queremos después que todo acabe pues nada, será igual.

En circunstancias complejas debe servir para valorar lo primordial sobre lo superficial, las necesidades básicas o primarias sobre las secundarias.

Unas lecciones no tan bien aprendidas en el llamado primer mundo y que nos enfrenta a cuidar un marco ambiental sano si queremos seguir satisfaciendo en el futuro todas estas necesidades. Los otrora pequeños dramas cotidianos se vuelven ahora insignificantes.

Nos encontramos en una situación sin precedentes, o al menos pocos y lejanos en el tiempo como pudiera ser la gripe española de 1918. Según los expertos el contexto no es tan siquiera equiparable a la crisis del 2008, pues aún en la quiebra de Lehman Brothers las distintas actividades laborales seguían funcionando.

Por contra, hoy en muchos países han paralizado actividades y sectores para solo ofrecer servicios mínimos a la población. Para minimizar los efectos económicos de cualquier país los entendidos en materia dicen que hay que congelar la economía en la medida de lo posible para evitar una destrucción mayor del tejido socioeconómico.

El retomar una vida normal no será posible hasta acabar con los casos de contagio por Covid-19 y es por eso que los mayores esfuerzos se deben invertir en esta lucha.

Lo urgente es salvar cuanto antes esta crisis sanitaria. Mientras fallecen miles de personas en el mundo por una causa común, cualquier otra cosa se convierte en accesorio o banal.

Se criticará con más o menos razón distintos fallos de las instituciones: antes, durante y después. Pero ni en el mejor de los escenarios se ha podido evitar lo inevitable; una pandemia mundial que ha traspasado fronteras, no distingue de territorios ni ideologías.

El sentido común y la necesidad de las circunstancias nos obliga a permanecer unidos. Con acierto Miquel Roca i Junyent, abogado, político español, uno de los siete padres de la actual Constitución española y un político de una raza que hoy se echa a faltar, ha escrito esta semana que “¡La acusación, ahora, está prohibida!” porque el tiempo que perdemos en reproches y en el hubiera es tiempo y esfuerzo perdido para reducir la epidemia, aquí y ahora.

Desde las legítimas discrepancias ideológicas, los partidos políticos debieran priorizar el bien común y ser propositivos en las mejoras – si conocen y saben mejores soluciones con rigor científico-técnico -. o en caso contrario, de propuestas vagas e ideológicas, apartarse.

Se suele decir que en los momentos complicados, se demuestra lo mejor y peor del ser humano, o a lo mejor su verdadera naturaleza. La pandemia sirve de una cura de humildad de los negacionistas de distinta índole (Donald Trump, Boris Johnson e incluso López Obrador) que aún con numerosos referentes en Europa creían que a ellos o a los países que dirigen no les sucedería.

La cooperación en estos tiempos se vuelve más que nunca necesaria, para que los distintos gobiernos se retraolimenten de las políticas que están resultando más eficaces.

Se espera pues la rectificación en la práctica de ciertos comportamientos no edificantes y menos comprensibles de partidos demócratas. El caso del ministro de Finanzas de Holanda, Wopke Hoekstra, por sus contundentes declaraciones oponiéndose a ofrecer solidaridad financiera a los países más afectados por el coronavirus, o también la oposición frontal de la primera ministra de Finlandia a los eurobonos.

Gobernar supone enfrentarse a nuevas y desconocidas realidades, que exige nuevas prácticas políticas y de liderazgo. Pero puede en parte que lo nuevo sea recuperar modelos ejemplificadores que ya demostraron sobradamente su talante constructivo.

Hay un principio muy recurrente en estos días “Aporta o aparta”.

Mientras miles de sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad, personal de supermercados, limpieza, transportistas, tambien dirigentes políticos y sociales se dedican en cuerpo y alma por solucionar los problemas desde sus ámbitos de actuación; no pueden venir otros con las manos vacías a poner más obstáculos.

Autor: Jorge Dobner de En Positivo


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