Imagínese que se sumerge en un infierno y se encuentra inmediatamente atrapado en sus furiosas llamas sin poder escapar inmediatamente de las abrasadoras temperaturas.
Esa fue la realidad para el capitán del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Cheyane Caldwell, cuando en 2007 una llamada de auxilio a un edificio en llamas estuvo a punto de costarle la vida.
“De ninguna manera debería haber sobrevivido”, dijo Caldwell recientemente mientras compartía su increíble historia de supervivencia en el episodio de estreno del podcast “Jesus Is All We Need” de Edifi. “Nadie esperaba que sobreviviera”.
Caldwell cambió para siempre el 24 de julio de 2007, un día que ahora es “pasado oscuro” para él. Todo comenzó con un suceso conocido como el “incendio de Adams”, un fuego en una estructura de un piso en California que se convirtió en un punto decisivo en su vida.
Cuando Caldwell y su equipo llegaron al incendio, era evidente que las llamas se estaban descontrolando rápidamente. Cuando subió al tejado para evaluar la situación, fue cuando ocurrió lo impensable.
“Pasé por encima de este muro de división y … caí a través de la cubierta hacia la estructura de fuego y caí unos 4 ó 5 metros dentro de la estructura”, dijo. “Una bola de fuego salió por el agujero que creé, así que puedes imaginar lo que había debajo de mí”.
Mientras las llamas seguían envolviendo el edificio, Caldwell recuerda que se despertó en el suelo en medio de un calor sofocante, con las llamas acercándose rápidamente y sin una salida inmediata.
“Pensé en tres cosas con toda claridad: ‘Señor, estoy aquí solo'”, recuerda. “En segundo lugar, ‘Señor, esto es todo. Estoy listo’ – y por último, mi vida pasó ante mí toda en un DVD, como muy acelerada”.
El inmenso dolor que Caldwell sintió en esos momentos fue insoportable, ya que comparó la intensidad con “meter las manos en el horno y dejar que se quemen”. “No podía sacar las manos del horno”, dijo. “Mis brazos, mis manos, mi cara, la parte posterior de mi cabeza, mi vientre… esto era el infierno en la Tierra”.
Aunque en esos momentos Caldwell asumió que era el final, ahora cree que Dios tenía otros planes. A medida que transcurrían los momentos que desafiaban a la muerte, durante unos insoportables 7 minutos y 10 segundos dentro del incendio, el capitán de Caldwell tomó una decisión sorprendente.
Ordenó a los bomberos del tejado que pusieran una manguera en el agujero y lanzaran agua al interior. El capitán creía que Caldwell estaba muerto, pero quería que su familia pudiera “tener un funeral con el ataud abierto”. Ese acto de piedad, sin embargo, acabó siendo un salvavidas.
“Lo que hizo fue como agua del cielo”, dijo Caldwell, señalando que el intenso ardor que sentía fue inmediatamente “detenido… en seco”.
Contra todo pronóstico, Caldwell fue rescatado, sobrevivió y, sorprendentemente, volvió a su trabajo en 10 meses. Desde entonces, ha compartido su historia con cientos de miles de personas a través de entrevistas y una popular película de la Asociación Evangelística Billy Graham.
Caldwell agradece abiertamente a Dios su supervivencia, explicando que “los milagros fueron uno detrás de otro” durante el incendio. Incluso la caída en el edificio podría haber sido mortal debido a los afilados pinchos de algunas de las vallas del interior, pero no llegó a alcanzarlos por poco y una jaula amortiguó su caída.
“Medio metro a la izquierda, me habría empalado; un metro a la derecha, habría caído directamente al hormigón de abajo”, dijo. “Pero Dios me hizo caer justo donde caí”.
Caldwell añadió: “Realmente creo que me sostuvo en la palma de su mano… es real, Él nos ama”.
Buenísimo el articulo. Un cordial saludo.
Que bueno que te guste nuestras publicaciones. Bendiciones, un saludo.