«No matarás». Éxodo 20:13
Dios valora mucho la vida humana y quiere que nosotros también la valoremos y la elijamos. Dios es el Dador de vida. Él sopló en el primer hombre el aliento de vida (Génesis 2:7), y su plan es darle a cada ser humano la oportunidad de tener una vida real, la vida eterna como sus hijos e hijas en su Reino. Dios valora mucho la vida. Nos dice que escojamos la vida:
«Llamo hoy al cielo y a la tierra para que sean testigos: Yo te estoy dando a escoger entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Así que elige la vida para que tú y tus descendientes puedan vivir». Deuteronomio 30:19
Debido a que Dios es el Dios de la vida, y debido a que somos sus hijos y deseamos caminar de la misma manera que Él camina, queremos trabajar por la preservación, protección y promoción de la vida:
«El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo». 1 Juan 2:6
Este mandamiento, entonces, está profundamente arraigado en la naturaleza de Dios, como Dios de amor.
Preservar la vida significa tomar decisiones dirigidas a construir nuestro capital físico. Este es el tiempo y la energía que tenemos disponibles para invertir en tareas, proyectos y relaciones. Jesús nos muestra cómo hacer esto cuando les enseña a sus discípulos cómo descansar y permanecer para que puedan dar fruto:
«Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera». Mateo 11:28-30Ha
La buena salud es algo que damos por sentado, hasta que empezamos a perderla.
Juan le escribió a su amigo Gayo, insinuando que su querido amigo no estaba bien y que Juan estaba orando para que se le restaurara la salud:
«Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente». 3 Juan 2
David, el salmista, dice:
«Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto mi esperanza». Salmo 25:21
Proteger la vida significa tomar decisiones que satisfagan las necesidades de la familia.
«Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo». 1 Timoteo 5:8
La creación de un fondo frente a emergencias, así como asegurar todo aquello que sea necesario frente a cualquier contingencia, protegerán a la familia en circunstancias cambiantes».
También estamos llamados a dar generosamente para proteger la vida de quienes son vulnerables y defender a los pobres.
«Porque nunca faltarán pobres en tu tierra; por eso te ordeno, diciendo: “Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra”». Deuteronomio 15:11
Promover la vida significa tomar decisiones que permitan a nuestros semejantes prosperar y crecer. Invertir en las personas a través de la educación y la formación, y ofrecer oportunidades para utilizar sus dones y talentos promueve el florecimiento humano. Elegir la vida y amar a las personas significa gastar nuestro dinero para ayudarlas a crecer.
Pero… Jesús, ¡aún va más lejos!
En el Sermón del Monte, Jesús lleva la idea del asesinato un paso más allá. En Mateo 5:21-26, Jesús amplió la definición del mandamiento «No matarás» del Antiguo Testamento:
«Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No matarás” y: “Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte”. Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “Raca” a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: “Idiota”, será reo del infierno de fuego. Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo». Mateo 5:21-26
Jesús está diciendo que, desde la perspectiva de Dios, la ira, el abuso verbal contra alguien o el no pagar intencionalmente lo que debemos, está sujeto al mismo juicio ante los ojos de Dios que quitarle la vida a esa persona.
La aplicación de esta sexta Palabra busca la reconciliación, aunque nos cueste. La vida y la integridad de las relaciones humanas es mucho más importante que el dinero.
¿Estamos tomando las decisiones correctas?
Esta Palabra #6 muestra que debemos valorar la vida humana de acuerdo con la valoración que Dios hace de la vida. Las opciones financieras deben preservar, proteger y promover relaciones humanas prósperas y saludables.
Autor: Autor: Moisés Contreras – Responsable del área de economía y mayordomía financiera de Tres-e